La Real Academia San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró en la tarde del martes 9 de diciembre una nueva sesión del ciclo «Jerez, Siempre», desarrollado en colaboración con el Centro de Estudios Históricos Jerezanos. En esta ocasión, la conferencia titulada «Actualidad arqueológica jerezana: paisajes del pasado para la ciudad cultural del futuro» fue impartida por la arqueóloga y conservadora de Patrimonio de la Junta de Andalucía M.ª Carmen Reimóndez Becerra, presentada por el presidente del CEHJ, Francisco Barrionuevo Contreras.
En el inicio de su intervención, Reimóndez subrayó que «la arqueología realmente se basa, o se define, por su método» y recordó que este ha experimentado una profunda transformación desde los primeros investigadores ‘aficionados’ hasta la práctica científica actual. La conferenciante explicó que la disciplina ha pasado por un proceso de profesionalización que busca una «rigurosidad científica imprescindible para la Historia».
La arqueóloga expuso cómo hoy la mayor parte de las intervenciones corresponden a arqueología preventiva, un ámbito que —tal como señaló— «representa el noventa y tanto por ciento de las actuaciones que se desarrollan hoy día, motivadas por la necesidad de evitar la pérdida del patrimonio ante cualquier obra». Recordó además que este modelo de gestión se fundamenta en la legislación estatal y andaluza, que obliga a documentar, investigar y, cuando es posible, conservar los elementos de valor antes de cualquier construcción.

La ponente profundizó en la amplitud del concepto de patrimonio arqueológico, citando directamente que «todo aquello que es susceptible de estudiarse con metodología arqueológica es patrimonio arqueológico». Explicó que esta definición abarca bienes muebles, inmuebles, restos emergentes, elementos aún enterrados, objetos hallados en superficie e incluso vestigios localizados en el mar territorial o la plataforma continental.
Reimóndez destacó igualmente que la metodología arqueológica se ha extendido desde la excavación en el subsuelo hasta el análisis riguroso de edificios históricos, permitiendo diagnosticar su evolución constructiva y orientar proyectos de rehabilitación respetuosos con la autenticidad patrimonial. «Es una herramienta fundamental para las obras de rehabilitación que nuestro casco histórico tanto necesita», afirmó.

Asimismo, subrayó el impacto social de la disciplina, recordando que —según recoge la Ley de Patrimonio— «el patrimonio arqueológico tiene su último fin en el disfrute de la sociedad». Desde su perspectiva, explicó que la arqueología produce conocimiento, genera recursos para museos, impulsa actividades culturales, fortalece la identidad colectiva y sirve como base para la planificación estratégica del desarrollo urbano.
En sintonía con el índice estructurado de su conferencia —evolución de la arqueología, repercusión de la actividad en la ciudad, problemática de conservación del patrimonio arqueológico jerezano y paisajes del pasado como recurso futuro—, Reimóndez planteó un análisis profundo sobre la singularidad histórica de Jerez.
La ponente recordó que la ciudad es candidata a Capital Europea de la Cultura y que su vasto legado patrimonial constituye «testigo y evidencia de la evolución cultural que ha configurado la identidad jerezana». Subrayó que estos vestigios no deben considerarse únicamente restos del pasado, sino recursos estratégicos capaces de contribuir al turismo, la calidad de vida, el tejido social y la proyección cultural de la ciudad.

A este respecto, evocó la importancia de conservar elementos singulares que permanecen integrados en la trama urbana y que dotan de personalidad a Jerez. Lo expresó con una imagen muy elocuente: «Yo creo que a todos nos gusta ir a una ciudad diferente… que tú entres en un bar y encuentres parte de la muralla, que te encuentres un pozo, que no entres en un bar cualquiera». Esa singularidad, añadió, es también un factor de atracción para visitantes y un motivo de orgullo para los propios jerezanos.

Al término de la sesión, el presidente de la Real Academia San Dionisio, Juan Salido Freyre, expresó su agradecimiento a la conferenciante por «tan excelente presentación, brillante en la exposición y profunda en el contenido», subrayando que «lo que no podía imaginarme era lo profunda en el contenido que es; así que doblemente enhorabuena». Salido recordó que la conservación del patrimonio arqueológico jerezano afronta retos significativos —tal como la propia ponente había señalado—, especialmente en lo relativo a la presión urbanística y a la necesidad de conciliar desarrollo y preservación histórica. En este sentido, destacó los esfuerzos de las autoridades por implementar medidas de protección, fomentar la colaboración entre especialistas y ciudadanía, y consolidar a Jerez como un destino cultural de referencia. Asimismo, puso en valor los proyectos educativos que impulsan el interés de las nuevas generaciones por la arqueología, asegurando la continuidad de este legado. Para concluir, realizó una evocadora reflexión al vincular la noción de paisaje urbano con el paisaje sonoro de la ciudad, recordando trabajos propios sobre la saeta en Jerez y señalando cómo estos sonidos —creados y transmitidos por los jerezanos a lo largo del tiempo— forman parte inseparable de la identidad patrimonial que también define la manera de habitar y comprender la ciudad.