“Las Cajas de Ahorros siempre han salido muy fortalecidas de todas las crisis económicas”
El Catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Alcalá Manuel Lagares Calvo clausuró brillantemente el ciclo ‘Economía y Sociedad’ de la Real Academia de San Dionisio
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras clausuró este pasado martes el ciclo ‘Economía y Sociedad’ con una brillantísima ponencia del Catedrático de Hacienda Pública de la Universidad de Alcalá Manuel Lagares Calvo. Presidieron la sesión académica el presidente titular de la Academia Joaquín Ortiz Tardío, su Presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras y los Académicos de Número y Secretario General y Tesorero de la Junta de Gobierno respectivamente Andrés Luis Cañadas Machado y Juan Salido Freyre.
Tras la presentación curricular del ponente a cargo de Cañadas Machado, hizo uso de la palabra Manuel Lagares Calvo para dictar un pormenorizado discurso en torno a la historia y evolución de las Cajas de Ahorros. Comenzó argumentando que “el 24 de julio de 1834 el Conde Villacreces, médico de profesión, fundó, en su casa de Jerez de la Frontera, un establecimiento abierto a los particulares para el depósito remunerado de fondos bajo la denominación de Caja de Ahorros, a título puramente privado y sin impulso ni apoyo oficial. Ese establecimiento estuvo relacionado posteriormente con las actividades del Monte de Piedad de esta ciudad, sirviendo de fuente de financiación de sus préstamos. No cabe duda de que fue el primer antecedente efectivo de una Caja de Ahorros en España, sirviendo de base y modelo a las Cajas de Ahorros que la Real Orden de 3 de abril de 1835, suscrita por el Ministro D. Diego Medrano, instaba a crear en todas las provincias y localidades de importancia, encomendando esa tarea a los Gobernadores civiles”.
Desde entonces hasta hoy las Cajas de Ahorros españolas, “que comenzaron a partir de 1835 siendo unos modestísimos establecimientos de captación de depósitos para financiar en exclusiva a los Montes de Piedad”, se convirtieron gradualmente en potentes entidades de crédito que, con una operativa igual a la de los Bancos, “han llegado a superar a éstos en el mercado nacional en cuanto a volumen de clientes, depósitos y créditos”. Para el catedrático, “las Cajas de Ahorros, a lo largo de sus ciento setenta y cinco años de historia en España, han padecido, como los Bancos españoles, numerosas crisis que, en el caso de las Cajas, se han resuelto, sin pérdidas directas para sus clientes, mediante procesos de concentración que aumentaron su eficiencia. De todas esas crisis las Cajas han salido fortalecidas y, pese a ellas y a sus fuertes impactos, no han tenido que abandonar los objetivos que les encomendaron sus fundadores. Por eso las Cajas de Ahorros han seguido a lo largo de toda su historia fomentando el ahorro popular, evitando la exclusión de los servicios financieros a personas y localidades, luchando por las mejores condiciones para sus clientes y fomentando el crecimiento y el empleo de la economía de su región”. Concluyó asegurando que “hoy la crisis económica ha vuelto a golpear a las Cajas de Ahorros como a otras muchas entidades financieras en España y en todo el mundo. Pero su reforma reciente, al dotarles de instrumentos muy eficaces para mejorar su gestión y su capitalización, constituye una fundada esperanza de que sigan cumpliendo sus objetivos de siempre. Sin embargo, en estos complejos momentos necesitarán mantener la confianza y fidelidad de sus clientes y su proximidad a las familias y a las empresas de su territorio, exigencias que las nuevas normas garantizan e impulsan. La fuerte concentración de entidades que se está llevando a término en estos meses, mantiene y fortalece las raíces locales de las Cajas de Ahorros y sus marcas comerciales aun cuando se integren con Cajas de otras regiones para aprovechar las ventajas de la concentración sin necesidad de ajustes excesivamente traumáticos en las plantillas y redes de oficinas”.