 
        La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras se vistió de gala en la tarde del martes 28 de octubre con motivo de una solemne sesión pública en la que el doctor Javier E. Jiménez López de Eguileta pronunció su discurso de ingreso como académico de Número, bajo el título «Hipólito Sancho de Sopranis, el historiador y el hombre».
El acto, que tuvo lugar en la sede de la institución, estuvo presidido por Juan Salido Freyre, presidente de la Real Academia, quien fue el encargado de abrir la sesión. Por su parte, el secretario general, Juan María Vaca Sánchez del Álamo, dio lectura al acta de nombramiento que acredita al profesor Jiménez López de Eguileta como nuevo académico de Número, conforme al acuerdo adoptado en la Junta General Extraordinaria del 13 de marzo de 2025, en la que fueron designados seis nuevos académicos.

El recipiendario accedió al estrado acompañado por los académicos Francisco Garrido Arcas y Felipe Ortuño Marchante, quienes actuaron como padrinos en su ingreso.
Licenciado en Historia por la Universidad de Cádiz y Doctor por la Universidad de Sevilla, Javier E. Jiménez López de Eguileta es Profesor Ayudante Doctor en el Departamento de Historia, Geografía y Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz, en el área de Ciencias y Técnicas Historiográficas.

En su intervención, el nuevo académico rindió homenaje al historiador Hipólito Sancho de Sopranis (1893–1960), al que calificó como «uno de los más apasionantes actores de los estudios históricos jerezanos». En un discurso erudito y profundamente documentado, Jiménez López de Eguileta subrayó el rigor y la honestidad intelectual del estudioso portuense, destacando que «eligió la senda de la virtud intelectual, dedicando toda su vida al examen riguroso de las fuentes y a la construcción de una narrativa histórica cimentada en la verdad».

El doctor Jiménez recordó la extensa labor de investigación de Sancho de Sopranis, «fruto de más de medio siglo de dedicación», y puso de relieve su legado bibliográfico, aún vigente décadas después de su fallecimiento. «Su obra —afirmó— no es solo un legado que podemos consultar, sino una lección de probidad académica».
Durante su exposición, el nuevo académico relató también las fuentes y archivos que han sustentado su investigación —entre ellos los fondos de la Biblioteca Municipal de Jerez, el Archivo Histórico Diocesano y el archivo familiar Sancho Maji—, reconociendo la colaboración de diversos investigadores y testigos directos que enriquecieron su estudio. «Mi intención —expresó— ha sido desgranar y revalorizar los aspectos más cruciales de su vida y de su contribución a la historia, convencido de que, como afirmó el poeta Horacio, una vez dicha la palabra, vuela irrevocablemente».
El académico de Número y vicepresidente de Letras de la Real Academia, Francisco Antonio García Romero, fue el encargado de ofrecer la contestación al discurso de ingreso, en una intervención tan docta como cercana, en la que combinó la erudición filológica, la elegancia retórica y la calidez personal. Comenzó reflexionando, con su habitual ironía culta, sobre la conocida expresión latina «Dignus est intrare in docto corpore nostro» —«Digno es de entrar en nuestro docto cuerpo»—, para subrayar que en la Real Academia San Dionisio «no hay posturitas», recordando que «la Academia es algo muy serio por su historia de casi ochenta años, por el prestigio de sus miembros y por su incansable actividad en pro de la cultura universal».
En su respuesta, García Romero destacó el profundo conocimiento humanístico y la solvencia académica del nuevo miembro: «Javier, me permitirá que lo tutee, recordando haberlo tenido como aventajadísimo alumno, habla con Dios en español, pero también en latín. Y eso no es cosa baladí en esta sociedad nuestra olvidada de sus fundamentos culturales». Definió al nuevo académico como un hombre «serio, grave, formal, circunspecto y litúrgico», cualidades que —dijo— «aplica tanto a su vida personal y familiar como a su vida profesional y académica, cimentada en el respeto y el amor por lo que estudia, investiga y escribe».

El vicepresidente de Letras aprovechó además su intervención para realizar una laudatio o elogio del recipiendario, que, según precisó, «tratándose del doctor Jiménez López de Eguileta, se convierte más bien en una descriptio, una descripción fiel de su vida y su obra». Recordó sus estudios en la Universidad de Cádiz y la Universidad de Sevilla, su doctorado cum laude en 2020 con una tesis sobre el notariado en Sanlúcar de Barrameda durante la Baja Edad Media, así como su intensa y prolífica trayectoria investigadora.

García Romero citó algunos de sus trabajos más relevantes —desde Imaginería recuperada hasta los volúmenes Alfonso X el Sabio y la provincia de Cádiz y Alfonso X, su reinado y su legado ocho siglos después—, subrayando que «no es de extrañar que nuestro nuevo académico mereciera ya en 2014 el Premio Castillo de San Marcos de Investigación Histórica».
En referencia al contenido del discurso de ingreso, el académico expresó que poco podía añadir a la brillante exposición de Jiménez López de Eguileta sobre Hipólito Sancho de Sopranis, «especialista en un historiador al que tanto debe nuestra ciudad y nuestra propia Academia». Añadió que «la historia, lo sabemos desde Cicerón, es luz de la verdad y maestra de la vida», para concluir afirmando que «el doctor don Javier Enrique Jiménez López de Eguileta ha sido discípulo y hoy es nuestro maestro».

Su intervención concluyó con una calificación simbólica y elogiosa: «No me queda sino rubricar summa cum laude como calificación del doctor Jiménez López de Eguileta. Laus colegae benemerenti».
El público que llenaba el salón académico respondió con un prolongado aplauso que selló con emoción el solemne acto de ingreso del nuevo académico de Número
