Mauricio González-Gordón analiza los desafíos a corto plazo del vino

mayo 15, 2025

El presidente de González Byass apunta a una respuesta global del sector ante el descenso de consumo de los últimos años

La Bodega San Jinés de la Gara fue el escenario de la cuarta y última sesión del Ciclo del Vino organizado por la Real Academia San Dionisio con la colaboración con el Consejo Regulador del Vino de Jerez, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez, así como con las bodegas Williams & Humbert. En esta ocasión, la serie de conferencias se cerraba con un broche de oro gracias a la participación de Mauricio González-Gordon y López de Carrizosa y su ponencia titulada «El vino: Fortalezas y desafíos de un producto ancestral». El acto fue dirigido por el presidente académico Juan Salido Freyre y contó con la presentación de César Saldaña Sánchez, académico de Número Electo de la Real Academia San Dionisio de Jerez y presidente del Consejo Regulador.

Mauricio González-Gordon, presidente de González Byass y profundo conocedor del sector vitivinícola, ofreció un profundo análisis sobre la situación actual y futura de esta industria. La intervención abarcó desde la rica herencia cultural del vino, con 8.000 años de historia, hasta los complejos desafíos contemporáneos como el cambio climático, las presiones regulatorias en salud, las tensiones comerciales y la evolución de las preferencias del consumidor, presentando a algunos aspectos de lo que puede ser un plan estratégico para los próximos años.

El ponente, al frente de una de las bodegas más señeras de la ciudad, destacó la «atomización» del sector, con más de 12.000 bodegas en la UE, lo que subraya la importancia de una voz unificada en foros como Bruselas.

Un Legado Milenario Enfrentando la Modernidad
La conferencia trazó la evolución del vino desde sus orígenes, su expansión por el Mediterráneo gracias a fenicios, griegos y romanos, hasta su papel central en la cultura y la economía europea. Se resaltó la transformación del mercado global, donde el 45% del vino cruza hoy una frontera antes de ser consumido, frente al escaso 5% en 1960. Esta globalización ha mantenido el consumo global estable durante años, aunque recientemente ha iniciado un descenso (un 10% desde 2019), impulsado por factores como la inflación, la incertidumbre geopolítica y un menor consumo entre las generaciones jóvenes.

González-Gordon detalló los principales frentes de actuación, citando aspectos como la salud y el consumo responsable. Se abordó la creciente presión de organismos como la OMS, que promueve el mensaje de «no hay consumo seguro» para las bebidas alcohólicas. Frente a ello, se defiende la diferenciación entre consumo moderado y abusivo, apoyándose en evidencia científica como la «curva en J» –que sugiere un menor riesgo de mortalidad para consumidores moderados frente a abstemios en ciertos grupos de edad– y promoviendo iniciativas como «Wine in Moderation» y la campaña «Vita e Vino».

Otra de las claves gira sobre la sostenibilidad y el cambio climático. El sector sufre directamente los efectos del calentamiento global (cambios en zonas de cultivo, calidad, enfermedades). Se están implementando medidas de adaptación y mitigación, y se trabaja en la simplificación y reconocimiento de certificaciones de sostenibilidad a nivel europeo.

Igualmente, se destacó un informe que cifra la contribución del sector vitivinícola europeo en 130.000 millones de euros al PIB de la UE y 2,9 millones de empleos. Se mencionó el «Wine Package» de la Comisión Europea, con medidas para mejorar la competitividad, como la regulación de vinos bajos en alcohol, la etiqueta digital y ayudas para la promoción y adaptación climática.

El presidente de González Byass también tuvo un capítulo para el comercio internacional. Subrayó la importancia de la exportación ante la caída del consumo interno en Europa. Analizó los desafíos en mercados clave como EEUU (aranceles), y las oportunidades en acuerdos como el de Mercosur y las negociaciones con India.

Una visión de futuro y llamada a la acción

En la parte final de su intervención, Mauricio González-Gordon abordó con claridad las transformaciones que atraviesa el consumo de vino a nivel mundial y los desafíos a los que se enfrenta el sector en un contexto cambiante. Aunque reconoció que el vino ha sabido acompañar al ser humano durante siglos, advirtió que, en un mundo hiperconectado, algunos de los retos actuales —especialmente los relacionados con las nuevas generaciones— pueden modificar significativamente su percepción y relevancia social.

González-Gordon aportó datos preocupantes: desde 2019, el consumo global de vino ha descendido un 10%, y solo entre 2023 y 2024 la caída ha sido del 3,2%. «Para encontrar cifras similares hay que remontarse a 1961», puntualizó. A esta tendencia se suman otros factores, como el encarecimiento del producto (el precio medio de exportación ha aumentado un 30% en cinco años), la incertidumbre geopolítica, condiciones climáticas adversas y una legislación más restrictiva.

El presidente de González Byass subrayó también el menor consumo entre los jóvenes, que se inclinan hacia otras opciones como los RTD (ready to drink), las bebidas de baja graduación o sin alcohol, que crecen al 6% anual. «En general, se observa una inclinación a la moderación y una tendencia hacia la premiumización: menos cantidad, más calidad», explicó, aunque admitió que este fenómeno se ha ralentizado tras la pandemia y el encarecimiento de la vida.

Ante este panorama, el Marqués de Bonanza defendió con firmeza la necesidad de que el sector actúe unido a escala global, impulse la innovación, y sobre todo, mejore su capacidad de adaptación para reconectar con las nuevas generaciones. «Es imprescindible reforzar la transmisión y la defensa de la cultura del vino como parte de un estilo de vida saludable, así como recomendar activamente el consumo moderado y ser contundentes contra el consumo abusivo», afirmó.

En un mensaje final cargado de optimismo, González-Gordon destacó que nunca antes los consumidores habían tenido acceso a vinos de tanta calidad, procedentes de tantos orígenes distintos y en condiciones tan competitivas. «Diversidad y calidad no han dejado de crecer. Por eso, sigamos disfrutando del vino como lo haremos hoy: con amigos, en buena conversación, y con una copa de jerez en la mano. ¿Hay algo más civilizado y agradable?», concluyó entre aplausos.