Paz Ivison repasa la trayectoria de la prensa del jerez

mayo 6, 2025

La periodista jerezana se apoyó en su larga e importante experiencia para profundizar en la evolución de los medios especializados

La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró en la tarde del martes 6 de mayo de 2025 una nueva sesión del Ciclo del Vino, organizado en colaboración con el Consejo Regulador del Vino de Jerez, Manzanilla de Sanlúcar y Vinagre de Jerez, así como con las bodegas Williams & Humbert. La protagonista de la jornada fue la reconocida periodista Paz Ivison Carrera, quien ofreció una conferencia titulada «La prensa del jerez», combinando anécdotas personales, memoria profesional y una mirada histórica sobre la presencia del vino en los medios de comunicación.

La académica de Número Fátima Ruiz Lassaletta fue la encargada de presentar a la conferenciante, destacándola como «la dama del vino» y resaltando su amplia trayectoria en el periodismo gastronómico y su firme compromiso con la divulgación de los vinos del marco de Jerez.

Durante su intervención, Paz Ivison abordó con pasión y sentido crítico la escasa atención que históricamente ha recibido el vino en la prensa generalista. Recordó publicaciones locales del siglo XIX y principios del XX como La Jarra, editada por los arrumbadores; El Martillo, del gremio de toneleros; El Viticultor, o El Bombo, dedicada a asuntos gubernamentales, que ofrecían ya una primera vinculación entre vino y prensa popular. «¿Qué hubiera pasado si estos medios de tan curiosos nombres hubieran permanecido en el tiempo?», se preguntó. «Tal vez hubieran sido el germen del periodismo especializado en vino, una prensa que diera voz a los arrumbadores, capataces, viticultores o toneleros, y que rara vez han sido protagonistas en los grandes medios».

La periodista también compartió episodios de su experiencia profesional, como su propuesta para incluir una sección de vinos en la revista femenina Dunia, donde fue jefa de sección. «Me cansaba oír que el vino dulce era para las señoras. Yo, que desde muy joven prefería el vino fino, el más seco de los secos, me rebelé», comentó, provocando las sonrisas del público.

Con un tono entre lo nostálgico y lo combativo, Ivison lamentó la tendencia a desvincular el vino de la gastronomía, tanto en el lenguaje de los medios como en la percepción pública. «Se insiste en separar el vino de la gastronomía». En este sentido, reivindicó el papel de la prensa gastronómica como espacio integrador del universo vinícola y subrayó la necesidad de normalizar el consumo de finos y manzanillas como vinos blancos, también en contextos sociales cotidianos. «¿Qué menos que pedirlos por botellas en cualquier reunión de amigos y no por copas? Copita, no. ¡Ponga usted dos botellas en una cubitera si es fino o manzanilla!», defendió.

Para Ivison, «comer y beber son dos verbos que van siempre de la mano», no sólo en restaurantes de alta cocina, sino también «en tabernas, bares, tascas, tabancos y hogares». Recordó que el vino es un alimento que forma parte de la cultura, economía y paisaje, y que debe ser defendido frente a las «muchas amenazas que lo acechan por los cuatro puntos cardinales: aranceles, blogueros abstemios, influencers creadores de tontunas que llaman contenidos…». A su juicio, el vino vive hoy una «auténtica caza de brujas».

La conferenciante evocó también el papel fundamental que jugaron en los años 80 y 90 algunas revistas especializadas como Bouquet (de José Peñín), Club de Gourmets o Sobremesa, y medios como el programa radiofónico Comer, beber y charlar, dirigido por Gonzalo Sol en Radio Intercontinental desde 1977, en la divulgación y el auge del vino en España. «En la televisión pública, en cambio, el vino ha tenido mucho menos espacio, seguramente por las restricciones publicitarias», apuntó.

Para terminar su intervención, Paz Ivison sorprendió al compartir una reflexión extraída de un ejercicio que realizó un colega suyo con inteligencia artificial. «Él sí se maneja con eso, yo no», confesó entre risas. La IA —explicó— apuntaba que durante gran parte del siglo XX la prensa proyectó una imagen del vino de Jerez anclada en una estética costumbrista —flamenco, feria, trajes de volantes— que terminó por alejarlo del gran público y, especialmente, de las nuevas generaciones. «La prensa no ha sabido cómo contarlo. No ha encontrado el relato mediático. Sí, estoy de acuerdo», reconoció. Aunque también añadió que «las bodegas y elaboradores tampoco siempre han proporcionado las herramientas necesarias, porque no se puede echar toda la culpa al mensajero».

Y concluyó: «El vino es cultura, es uno de los pilares de nuestra economía, genera riqueza, belleza, paisajes. Los periodistas estamos obligados a trasladar todo eso, porque la prensa puede moldear percepciones. El jerez necesita una narrativa —lo apunto Ivison, no la inteligencia artificial—, una narrativa que combine tradición y vanguardia, que se aleje del estereotipo y abrace la complejidad de su alma y su historia. Una narrativa con factor humano, paisaje, arquitectura, historia, flamenco, arte. Hay que trasladar al público que el jerez es un vino contemporáneo, versátil y profundamente nuestro. Y eso lo tenemos que conseguir entre todos, porque el conocimiento y la caridad empiezan por uno mismo”.