La historia de los masones en la provincia cierra el ciclo Jerez Siempre

febrero 21, 2023

La Real Academia de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras servía de escenario para la cuarta y última sesión del ciclo Jerez Siempre en la tarde del martes 21 de febrero de 2023. En esta ocasión, el conferenciante Antonio Morales Benítez desarrollaría su presentación bajo el título «Masonería y masones de la provincia de Cádiz (siglos XIX y XX). El caso de Jerez».

El presidente de la Real Academia de San Dionisio, Juan Salido Freyre, sería el encargado de conducir un acto que también contó con la presentación del coordinador del ciclo, Francisco Antonio García Romero.

Antonio Morales Benítez, doctor en Historia, resumía su participación en el ciclo con el siguiente texto:

La revolución de septiembre de 1868 permitió el desarrollo de la masonería española tras muchos años de represión, persecuciones y todo tipo de trabas gubernamentales. Desde entonces y hasta finales de la centuria la Orden del Gran Arquitecto del Universo conoció su etapa de mayor esplendor. Por ello el último tercio del siglo XIX experimentó una proliferación de organismos masónicos sin precedentes en la historia de España. 

En este contexto, la provincia de Cádiz desempeñó un papel fundamental en la consolidación del movimiento merced a su potencial en cuanto al número de logias y de miembros. Durante esta etapa la institución se extendió por casi todos los puntos de la provincia gaditana destacándose dos grandes focos, como la bahía de Cádiz y el Campo de Gibraltar, donde el impacto fue mayor.

La ciudad de Jerez tampoco iba a permanecer al margen de este movimiento puesto que durante el último tercio del siglo se constata la presencia de varios talleres. Así en 1874 se fundaba  la logia Amor y Justicia nº 85, que  sería el primer organismo  del que se tienen noticias y que representaría el arranque de la masonería aunque tuvo una existencia limitada.  En 1879 nos encontramos con dos nuevos talleres en la ciudad: Unión y Fe nº 148, que sólo tendría un año de existencia ya que fue  suspendido por falta de actividad y, sobre todo, Perseverancia nº 146. En este último caso su larga trayectoria, así como el legado masónico que dejaría para el futuro desarrollo de la Orden en la ciudad hacen que podamos considerar a este taller como el verdadero embrión de la masonería jerezana.

Sin embargo,  en su contexto gaditano, al compararse con otras ciudades de su entorno, se observa que el impacto de la masonería en la sociedad jerezana fue algo menor ya que el masonismo no alcanzó aquí ni mucho menos el desarrollo que adquirió en la provincia. Ciertamente la masonería se manifestó en Jerez como un fenómeno más complejo, sobre todo durante el primer tercio del siglo XX. Su originalidad reside en la escasa participación de la pequeña burguesía o clase media ilustrada que en una gran parte prefirió ignorar la Orden. Este grupo social formado por empleados, comerciantes y profesionales liberales fue el sector que en una mayor proporción ingresó en las logias peninsulares hasta convertirse en la base sociológica de la masonería española. Pero en Jerez, ante la indiferencia de amplios sectores de la burguesía local, encontraremos en el interior de algunos de sus talleres a cualificados representantes de las clases más populares y a cierto componente obrero  procedente sobre todo de los gremios de trabajadores de bodegas, como toneleros o arrumbadores. Además el fenómeno en la ciudad de Jerez tuvo una existencia conflictiva. La actividad de los masones jerezanos estuvo continuamente condicionada por las dificultades que encontraron para establecerse de un modo definitivo ante la fuerte oposición que presentaban las fuerzas contrarias. Por lo que en algunas ocasiones su supervivencia dependió de la ayuda de otros  masones de la provincia o de fuera de ella, teniendo que salir en su defensa las máximas autoridades de los órganos rectores de la masonería en España.

En este contexto destaca la figura de Manuel Moreno Mendoza que se convirtió en la figura central del masonismo jerezano durante el primer tercio del siglo XX.