El salón de sesiones de la Real Academia de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras albergó la primera de las conferencias del ciclo Jerez Siempre en la tarde del martes 31 de enero de 2023. La apertura del acto estuvo a cargo de Juan Salido Freyre, presidente de la Real Academia de San Dionisio, quien cedió la palabra a Francisco Antonio García Romero, académico de Número y vicepresidente de Letras, para que realizara un breve avance de las cuatro sesiones que conformarán en ciclo.
Eugenio J. Vega Geán, académico de Número de la corporación, fue el encargado de realizar la presentación de un José Manuel Moreno Arana que tituló su conferencia «Policromía y pintura mural en la Jerez dieciochesca».
El propio protagonista de la sesión realizó está síntesis de lo que fue su presentación:
«La pintura se nos presenta, con diferencia, como el arte menos conocido y estudiado en el contexto jerezano del Barroco. Aunque podría suponerse que alcanzó un desarrollo menor y más discreto que la arquitectura o la escultura locales, nuestro conocimiento sobre ella sigue siendo escaso. Pese a ello, para el siglo XVIII contamos con un fenómeno de cierto interés, como es el de la pintura mural. Conceptos como el abigarramiento ornamental, el efectismo ilusionista o la fusión de las artes están detrás de la evolución que sufre la pintura mural en el proceso de barroquización de los interiores sacros. En este proceso de transformación la talla decorativa y la escultura terminan imponiéndose sobre la pintura en los retablos. Pero, de manera paralela, conforme la pintura cede terreno, sale de los límites del retablo y se extiende por su entorno más inmediato. Los muros y las bóvedas que rodean a estas grandes estructuras de madera reciben lo que de manera muy gráfica la documentación de la época llama estofado. En este contexto de confusión de los márgenes entre parcelas artísticas, no resulta nada extraño que este tipo de acabado polícromo de los interiores se ejecute, sobre todo, con motivo del dorado de los conjuntos retablísticos y se ejecute por los mismos artistas que intervienen en ellas, que ejercen, al mismo tiempo, de doradores y de pintores. Jerez, siguiendo la senda marcada por maestros sevillanos como Juan de Valdés Leal, comenzará en la primera mitad del Setecientos a emplear la solución efectista y barata de las yeserías fingidas para terminar en la segunda mitad apostando por la quadratura o trampantojo arquitectónico, que incluso se aplicará en el ámbito doméstico.
A lo largo de esta charla de esta tarde hablaremos de obras y artistas que protagonizarán este fenómeno y que conocemos tanto documentalmente, como por testimonios materiales que nos han llegado, por desgracia, no siempre bien conservados ni valorados».