“Sin duda Jerez era uno de esos fértiles lugares de la ribera del Guadalete en los que una élite provinciana controlaba todo el proceso transformador y comercial”
Antonio Ruiz Castellano -profesor titular del Departamento de Filología Clásica de la Universidad de Cádiz- y los Académicos de Número Eugenio José Vega Geán y Francisco Antonio García Romero imparten en la Real Academia de San Dionisio la ponencia ‘Inscripciones latinas de Jerez de la Frontera. Epigrafía y contexto’
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras ha acogido, dentro del ciclo ‘Jerez siempre’, la ponencia que, titulada ‘Inscripciones latinas de Jerez de la Frontera. Epigrafía y contexto’, impartieron Antonio Ruiz Castellano -profesor titular del Departamento de Filología Clásica de la Universidad de Cádiz- y los Académicos de Número de esta corporación Eugenio José Vega Geán y Francisco Antonio García Romero. Los ponentes, de tal modo, rindieron tácito homenaje “a los historiadores de Jerez que, desde el siglo XVII como poco, se preocuparon de transmitir estos documentos tan vívidos: Esteban Rallón, Bartolomé Gutiérrez, Joaquín Portillo, Grandallana, Miguel Muñoz, Agustín Muñoz, etcétera”. Como señalara Francisco Antonio García Romero, “Antonio y yo vamos a repasar una serie de inscripciones llamativas o curiosas por distintas razones y Eugenio procederá a situarlas en el amplio término municipal para ver que en muchos casos los hallazgos los encontramos en torno a nuestro riquísimo e histórico Guadalete, aparte de la zona de Asta y del Guadalquivir”. Destacamos lo siguiente:
- “En este corpus subyace la primera fuente de la Historia de Jerez. Este catálogo de más de cien inscripciones viaja por nuestra comarca a través de sus muchos yacimientos romanos, tardorromanos y visigodos, y recoge una gran variedad tipológica de epígrafes. Los autores hemos hecho un trabajo de interpretación facilitando la comprensión del patrimonio epigráfico latino de Jerez, proyectando en la antigüedad los paisajes y lugares conocidos, y dándoles un contenido antropológico, histórico, arqueológico y geográfico para hacerle comprensible a una persona de hoy día la sociedad hispanorromana de este rincón de la Bética”.
- “En cada uno los yacimientos hemos analizado aspectos relacionados con las inscripciones: los datos que caracterizan a las inscripciones, bien sean edilicias, honoríficas, sacras, oficiales, funerarias, suntuarias, comerciales e industriales. Y aducimos las fuentes historiográficas, geo-económicas, epigráficas y arqueológicas que las expliquen”.
- “Es una suerte para Jerez que existieran en el área de su campiña en la Antigüedad varias entidades urbanas, algunas muy importantes, y una gran variedad de asentamientos menores ligados a poblamientos agrícolas que respondían a una economía de producción orientada al comercio exportador. En el caso de nuestra ciudad, estamos seguros de que el actual solar de Jerez no era un páramo poblado únicamente a partir de la etapa musulmana. La naturaleza del poblamiento prerromano o romano no la conocemos a ciencia cierta, pero no hay duda de que en Jerez hubo población. Es posible que la génesis de la posterior alquería y ciudad de Sharish se halle en alguna de estas heredades rurales”.
- “Sin duda Jerez era uno de esos fértiles lugares de la ribera del Guadalete en los que una elite provinciana controlaba todo el proceso transformador y comercial”.
- “Grandes familias hispanorromanas ocupaban la campiña jerezana en el siglo I a. C.: los Emilios, Anios, Antonios, Bebios, Casios, Clodios, Cornelios, Fabios, Junios, Licinios y Valerios, entre otros, adscritos a las tribus rústicas Sergia y Galeria, que se relacionaron con la más alta aristocracia romana y controlaban la producción agraria”.
- “Creemos que, salvando las distancias, fue algo similar, desde el punto de vista económico y social, a lo que ocurriría en nuestra ciudad durante la primera revolución industrial del XIX con el gran negocio del vino”.
- “Por ello, nuestro trabajo no es simplemente un catálogo, sino que hemos querido que estas reliquias arqueológicas hablen por sí mismas, ya que la epigrafía tiene la magia de transmitirnos las palabras de los hombres y mujeres que nos precedieron; por lo que nos cuentan cómo vivieron y cómo murieron, así como sus sentimientos y costumbres. Nos hablan de sus edades, de sus nombres, de sus creencias, de sus relaciones sociopolíticas o de sus vínculos comerciales. Estas piezas son en definitiva las más preciadas huellas que tienen una capacidad trascendental de contar nuestra Historia”.
- “Hemos trabajado en el libro -sobre el que se sustenta esta ponencia- durante tres años aproximadamente. Se recogen más de 110 inscripciones prelatinas, latinas y griegas de la comarca jerezana, en el contexto de más de cien yacimientos, que colocamos en mapas, que orientan al lector”.
- “El prestigio de los que con nosotros han colaborado indica la importancia del esfuerzo. Nuestro agradecimiento a: Rosalía González Rodríguez (que escribe el prólogo de la obra), Lázaro G. Lagóstena (Univ. Cádiz) Agustín García Lázaro, Francisco Barrionuevo Contreras, Ramón Clavijo Provencio, Juan Antonio Garrido Castro …”.
- “Es también nuestro modesto homenaje a las grandes figuras del pasado: Esteban Rallón, Bartolomé Gutiérrez, Agustín Muñoz y Gómez, Grandallana y Zapata, Martínez y Delgado, etc., por su servicio a la arqueología jerezana similar, al menos, al que hicieron en los campos archivístico y bibliográfico”.