Arte, oficio e imaginería - 24/01/2017

enero 26, 2017

“Cuando Manolo Prieto trabajaba la imaginería, pensaba en barroco”

Juan Luis Sánchez Villanueva protagoniza la segunda sesión del ciclo ‘Jerez siempre’ de la Real Academia de San Dionisio

La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró el pasado martes la segunda sesión del ciclo ‘Jerez siempre’ del actual curso académico 2016-2017. En esta ocasión fue el doctor en Historia del Arte y miembro del Centro de Estudios  Históricos Jerezanos Juan Luis Sánchez Villanueva quien dictara la ponencia titulada ‘Manuel Prieto Fernández (Sacry). Imaginero’. La presentación del ponente corrió a cargo del Académico de Número de esta corporación Francisco Antonio García Romero. Destacamos a continuación algunos de los fragmentos de la intervención de Sánchez Villanueva:
- La primera imagen que salió de las manos de Manuel Prieto Fernández (1938-2008) fue en 1957. Con tan solo diecinueve años consigue arrancarle a la madera el rostro y las manos de una Virgen dolorosa. Realmente una gran muestra de precocidad.
- José Bernal, vestidor de la Virgen del Desconsuelo, colocó las ropas de ésta a la nueva dolorosa y la dejó expuesta en la Sala de la Hermandad. A principios de 1959 se convertiría en la Virgen de la Candelaria, la conocida por su rostro doloroso de madre, pero manteniendo su juventud sin alterar. Manolo logró en una sola imagen la doble expresión de madurez y juventud.
- A la segunda dolorosa de Manolo, Nuestra Señora de la Concepción, la recibieron los hermanos de la parroquia de las Viñas en mayo de 1959, aunque antes pasaría dos meses en un escaparate de una tienda de muebles para que todos pudieran apreciar la expresión que entonces tenía. Y de nuevo ese rostro que, sin perder el candor de una adolescente, nos mostraba el sufrimiento de una madre, contenido, interiorizado.
- Llegó otra dolorosa más. Nuestra Señora de los Dolores, antes de navegar a La Barca de la Florida, estuvo expuesta un tiempo en la Sala de la Hermandad de los “Judíos” de San Mateo y vestida con las ropas de su titular, la Virgen del Desconsuelo, igual que vistieron a la primera Dolorosa.
- Si a los 19 años talló su primera imagen, cuarenta y siete años después realizó otra talla excepcional, la de una nueva dolorosa, todavía sin bautizar, sin advocación. El primero de enero de 2004 Manolo Prieto dibujó un rostro, preparó un taco de madera y le fue quitando lo que sobraba, hasta dejar al descubierto un perfecto rostro de Dolorosa joven.
- Entre 1957 y 2004 son muchas las imágenes que han salido del taller de Manolo Prieto. Tallas originales como las citadas anteriormente o copia de maestros: la Inmaculada y la Virgen de la Oliva, ambas de Alonso Cano o el San Jerónimo penitente de Torrigiano.
- Su última gran obra es una talla en madera policromada, encarnada, de tamaño natural, que representa a Jesucristo ya prendido y a punto de ser flagelado. Manolo Prieto imparte dos importantes lecciones: una de anatomía en este cuerpo desnudo que está a punto de recibir el golpe de un flagelo y la otra de técnica y de pedagogía, dejando todo el proceso de creación, desde el primer boceto hasta la última pincelada de la encarnadura, fijado en una serie de fotografías y descrito en las páginas de un diario.
- De entre las imágenes que hay en Jerez Manolo Prieto destacaba dos por su excelente factura y calidad: la Virgen del Desconsuelo y el Jesús del Prendimiento. No es casual que la última obra citada de Manolo fuera un Jesucristo ya prendido. Tampoco es casual que el trabajo que estaba realizando en los últimos momentos de su vida fuese una copia en pequeño formato del Prendimiento de Santiago. En su  banco de trabajo quedaban una cabeza y unas manos que Manolo lijaba para que pudieran recibir la encarnadura.
- Cuando Manolo Prieto trabajaba la imaginería, pensaba en barroco.