José María Luna o una lección magistral de óptima gestión cultural en la Real Academia de San Dionisio
No abundan por doquier los gestores culturales de cuerpo entero. Aquellos capaces de edificar la optimización de un proyecto y reconvertir el boceto en industria. José María Luna lo es con creces. El director de la Fundación Picasso-Museo Casa Natal –máster en Gestión Cultural por la Universidad de Granada- dictó una brillantísima y muy didáctica ponencia en la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras. El ciclo dedicado singularmente a la última de las disciplinas mencionadas, las Artes, coordinado con mano experta por el Académico Correspondiente Bernardo Palomo Pachón, ya cosecha de antemano un exitoso resultado. La clase/lección magistral de Luna bien puede aseverarlo. Sus palabras cimentaron el trasvase de la teoría a la práctica de la sinergia de la gestión en estado de rentabilidad. O cómo Málaga ha sustentado buena parte de su rédito económico en el turismo cultural, en la interpretación museística de la visita de masas. El edificio en el que Pablo Picasso nació en 1881 y en el que vivió hasta 1884 alberga obras y objetos personales del artista y de su familia. Una biblioteca especializada y un continuo programa de exposiciones temporales y actividades culturales complementan la oferta de la Casa Natal de Picasso. Destacan también los cuadernos de dibujos preparatorios para la obra “Las señoritas de Aviñón” que marcó el comienzo de su “Periodo africano” o “Protocubismo”, iniciando el movimiento artístico del cubismo, del que Picasso es su máximo exponente. Los 84 dibujos se complementan con un repertorio de la obra gráfica que van desde 1905 a 1971. Dispone asimismo también de una colección de 238 litografías realizadas entre 1930 y 1960. De gran interés son las 34 piezas de cerámica creadas entre 1940 y 1946. El Museo Casa Natal ha conseguido reunir más de 4.000 piezas de unos 200 artistas diferentes. José María Luna, de verbo fluido y cercano, empático, recibió un fortísimo aplauso al término de su enriquecedora intervención.
