“Era un cuadro costumbrista de Jerez ver a Manuel Oteo pasear, siempre tan solícito, siempre tan educado”
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras dedicó este pasado martes una entrañable sesión necrológica a la memoria del académico Manuel Oteo de Lombardini
Francisco Fernández García-Figueras: “Tenía tres enclaves donde él apostaba por la Fe: el Sagrario de San Miguel, los bancos de San Francisco –su madre pertenecía a la Venerable Orden Tercera- y el Humilladero de los Siete Cuchillos”
Fátima Ruiz de Lassaletta: “Sabía de todo tipo de artes. De esculturas, de pinturas… Un auténtico experto. Tenía un especial sentido de los espacios y del buen gusto”
Juan Padilla Pardo: “Fue un hombre con una educación exquisita y muy fino observador de todo cuanto le rodeaba. Posiblemente no vivió en la época en la que le hubiera gustado pues no estaba de acuerdo con determinados ismos”
José Luis Repetto Betes: “Don Manuel Oteo fue una persona profundamente culta y una persona profundamente religiosa y patriótica. Amaba a España de todo corazón. Porque le gustaba vivir en paz y en libertad. Fue un magnífico patriota que llevaba en su corazón a España y a la Monarquía”
Crédito nunca permutable de un excelso caballero jerezano. Memoria rescatada. Irradiación significativa de un corporativo e institucional acto de justicia en el tiempo. La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras rindió tributo este pasado martes a la memoria de uno de sus académicos más considerados, fallecido el 21 de noviembre del pasado año 2013, Manuel Oteo de Lombardini. La sesión necrológica de la Real Academia congregó a numeroso público en su salón de actos. Ninguna quiebra de la recordación. Intervinieron los académicos Fátima Ruiz de Lassaletta, Juan Padilla Pardo, José Luis Repetto Betes, el presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras y el presidente titular Joaquín Ortiz Tardío. Entrañable presencia en el salón de actos de la familia completa –viuda, hijos-, amigos y allegados de quien recibiera con todos los luminosos merecimientos este homenaje póstumo.
Destacamos a continuación algunas de las apreciaciones, descripciones, remembranzas pronunciadas por cada uno de los académicos participantes:
Fátima Ruiz de Lassaletta:
- “Sabía de todo tipo de artes. De esculturas, de pinturas… Un auténtico experto”.
- “Fue siempre muy hábil para recordar a las personas y relacionarlas por sus apellidos. Él no perdía un minuto mientras llegaban los clientes al negocio pues allí tenía una magnífica biblioteca. Tenía localizado en todo momento los temas de su interés. Disfrutaba de horas con el estudio de los tomos de Arte. Desde muy joven se especializó en artes. Tenía un especial sentido de los espacios y del buen gusto”.
- “Conocía a todos los grandes artistas. Era muy generoso y participaba de sus conocimientos a quien se los solicitaba. Era buen bebedor pero comedido. Visitaba mucho San Francisco y las Angustias”.
- “Fue un caballero muy español, un cristiano muy íntegro”.
Juan Padilla Pardo:
- “Me resulta muy difícil sintetizar en cuatro líneas a tan distinguido caballero español y jerezano. Porcelanas, orfebrería, pinturas, fue de los mejores heraldistas de su época. Con él se suscitaba unas auténticas charlas de encanto. Generalmente era la pintura el motivo de la conversación. Era digno de oírle. Siempre daba muy buenos consejos”.
- “Fue un hombre con una educación exquisita y muy fino observador de todo cuanto le rodeaba. Posiblemente no vivió en la época en la que le hubiera gustado pues no estaba de acuerdo con determinados ismos”.
José Luis Repetto Betes:
- “En vida estimé notablemente a Manuel. Yo he estimado mucho a don Manuel Oteo de Lombardini, una persona profundamente culta y una persona profundamente religiosa y patriótica. Amaba a España de todo corazón. Porque le gustaba vivir en paz y en libertad. Fue un magnífico patriota que llevaba en su corazón a España y a la Monarquía”.
- “Enseguida don Fernando Cano Romero me presento a don Manuel Oteo de Lombardini, a quien le unía una muy estrecha amistad. Con don Manuel he tenido un trato doble: he hablado con él de cuestiones de arte sacro porque he sido durante veinticinco años el Delegado de Patrimonio Eclesiástico. Como tenía que pasar por mi mesa todas las novedades artísticas de las Hermandades, en infinitas veces he llamado a don Manuel Oteo y le he pedido su opinión. Y siempre tuvo la referencia de responderme”.
- “Yo era algo más partidario del arte moderno que él. Era un forofo del Barroco. Y sobre esto tuve con él alguna que otra discusión siempre en términos de educación y exquisitez. Don Manuel amaba el Barroco pero también el Renacimiento”.
- “Don Manuel lamentaba la pérdida del latín en las misas. Fue un caballero de cuerpo entero. Siempre me trataba con una finura exquisita. Era un auténtico jerezano. Amaba Jerez, su historia, su arte y su vino: el oloroso”.
Francisco Fernández García-Figueras:
- “Es una gran satisfacción recordar hoy a mi gran amigo Manuel Oteo. Permitidme un introito: Estamos en una crisis de valores, en crisis económica, en muchos tipos de crisis, también hay crisis de instituciones. En el año 1984 hubo una crisis institucional en la Academia por el inmueble, por su sede: aquel enfrentamiento con el Ayuntamiento. Recordarán incluso el capítulo del cambio de cerradura. Me presenté a las elecciones de la Academia y pensé que para resolver una crisis se necesitan conocimiento e imaginación. En 1985 nos involucramos en el Instituto de Academias de Andalucía. Y nombramos en 1986 nuevos académicos que sin duda podían revitalizar a la Academia. Había que insertar nombres que podían respaldar el proyecto de la nueva Academia. Y apostamos por cuatro nombres: Antonio Gallardo, Andrés Luis Cañadas, Manuel Moreno Jiménez y Manuel Oteo de Lombardini. El 28 de octubre de 1986 ingresó Manuel Oteo”.
- “Le gustaba mucho pasear. Era un cuadro costumbrista de Jerez ver a Manuel Oteo pasear, siempre tan solícito, siempre tan educado. Tenía tres enclaves donde él apostaba por la Fe: el Sagrario de San Miguel, los bancos de San Francisco –su madre pertenecía a la Venerable Orden Tercera- y el Humilladero de los Siete Cuchillos. Estos paseos de Manolo le dieron título a su discurso de ingreso: ‘Paseando por San Miguel’. Supuso el inicio de una vida académica que fue muy interesante en sus comienzos”.
- “Manolo tenia siempre un criterio justo. Le gustaba la copa de Alfonso. Manolo me ayudó muchísimo en la decoración de esta nueva sede de la Academia que todos disfrutamos ahora. Tenía una personalidad muy marcada, era muy especial. El conocimiento artístico, la religiosidad profunda, sus paseos, sus silencios. Nunca rechazó la luz del misterio. Hoy sabemos que él ha encontrado la luz. La plena luz”.
Finalizó el acto con unas palabras emocionadas de agradecimiento de la sra. Barranco, viuda de Manuel Oteo, así como una breve exaltación del académico fallecido a cargo del presidente de esta Real Academia Joaquín Ortiz Tardío.