Ponencia José María Rubio Rubio – 08/04/2014

octubre 23, 2015

“A veces estamos ciegos frente al difícil vivir que es el morir del hermano”

“En la muerte de cualquier enfermo también podemos ver escenas y realidades de la Pasión y de la muerte de Jesús”

Brillantísima ponencia del académico, profesor de Bioética y destacado cofrade José María Rubio Rubio en la Real Academia de San Dionisio

No cupo reflexión desgarradamente humana más profunda, profesionalmente intachable –asida a su vez a una oratoria de altos vuelos incluso líricos- que la dictada este pasado martes en la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras por el destacadísimo cofrade sevillano –trianero por condición y convicción-, Académico de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Sevilla y renombrado pregonero de la Semana Santa de la capital hispalense José María Rubio Rubio. Ocupó la tribuna de oradores de la docta casa jerezana henchido de fuerza –de esa fuerza de la razón que enseguida comporta una magistral lección moral tan necesaria por otra parte a tenor de los tiempos (descreídos tiempos) que corren-. José María Rubio Rubio, cristiano de praxis, médico de cercanías, orador de adjetivación siempre precisa, regaló –la suya fue un obsequio aliviadoramente balsámico- la conferencia que mejor acomodo encontraría en las siempre reflexivas vísperas de la Semana Santa.

Contó el académico sevillano con una concurrencia que pronto evidenció la atención que toda abierta expectativa siempre predispone. El título como prefacio de un exitoso garante: ‘La Pasión de Cristo vista por un médico del siglo XXI’. A decir verdad, José María Rubio se quedó corto en el alcance del título posiblemente por su a las claras evidente humildad. Porque la Pasión de Cristo que desbrozó, que desabrochó, en la Academia, no sólo estuvo vista por un médico de dilatada trayectoria, sino también por un fecundo escritor comprometido con su realidad social circundante, con la pulsión humanitaria que observa a pie de cama de hospitales, con la perspectiva también estudiosa de la dialéctica de un psicólogo que opera de tú a tú, con la entereza fraternal de un cofrade de categoría intachable.

Presidieron la sesión el Presidente titular de la Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío, el Presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras, el vicepresidente de Ciencias Jaime Bachiller Martínez y el vicepresidente de Letras Antonio Murciano González. Destaquemos a continuación algunas de las ideas expresadas por José María Rubio Rubio durante su ponencia:

- “En la muerte de cualquier enfermo también podemos ver escenas y realidades de la Pasión y de la muerte de Jesús. Por eso también hay que valorar los sentimientos que pudo tener Jesús en esos duros momentos”.

- “Sólo con la mirada de la fe compartida es posible el acercamiento al dolor de la muerte de Cristo”.

- “No es capaz de revelarse a Dios quien no puede acercarse al dolor humano”.

- “José Luis Martín Descalzo es para mí un autor de referencia”.

- “He de rendir un tributo a Antonio Hermosilla Molina y a su libro ‘La Pasión de Cristo vista por un médico’, una obra ejemplar en este campo”.

- “Los sentimientos y dolores de Jesús manifiestan los sentimientos y los dolores de tantos enfermos en los hospitales”.

- “Hay que repasar el reloj de la Pasión de Jesús. Un drama en tres actos: el primero en el Monte de los Olivos, el segundo acto corresponde al proceso de Jesús (al doble proceso, uno religioso y otro político) y en el Gólgota tuvo lugar el tercer acto”.

- “Jesús sufrió la angustia y el sudor de sangre. El sudor sanguíneo es un síntoma raro, pero sí se da por situación de estrés. Por el horror de aquel momento. El espíritu -solo como un tronco que sangra y se deshace- ha prevalecido de nuevo sobre la carne”.

- “Jesús tuvo más de 600 heridas y contusiones (siendo más de 100 las producidas en la flagelación)”.

- “La Coronación de Espinas. Utilizaron ramas de espinos secas que tenían los romanos para secarse”.

- “Otro martirio es el escarnio. Fue sometido a todo tipo de mofas y escarnios. El ecce-homo evidencia la llaga que provoca la injusticia. Con el pesado madero atravesó calles estrechas y escalonadas. Tenía los ojos rojos de tanto llanto contenido que se advertía en las fosas de las órbitas”.

- “A modo de tiro de gracia se le traspasó el corazón en una herida fatal”.

- “Clavado en la cruz apenas permaneció Jesús tres horas”.

- “¿Cuál es la causa normal de su muerte? Encharcamiento pulmonar e insuficiencia cardíaca. Todo condicionado por una situación límite que llevó a un paro cardíaco”.

- “Un hombre enfermo es, por encima de todo, un hombre necesitado. La literatura del ‘Ars moriendi’ recomendaba que dejáramos solo al moribundo, tan cerca de Dios, para no distraer su alma. Sin embargo Jesús nos pedía que velásemos”.

- “El anuncio de la muerte siempre es duro y difícil y a veces insoportable. Ya no se puede volver a andar lo andado. Hay silencios que condenan a algunos a morir para que otros sigan viviendo. Y seguimos prefiriendo a Barrabás porque no queremos preocupaciones. La muerte nos iguala a todos en nuestra natural condición. Por eso resulta alarmante para esta sociedad que adora al superhombre. Un enfermo es siempre una mano extendida, angustiada hasta el límite de sus fuerzas, agradecida al menor gesto de afecto”.

- “Todos nosotros hemos sido testigos pasivos de una muerte ante la que claudicamos por ignorancia, por pasividad o por miedo. El escaso tiempo de un enfermo que muere vale mucho más que el nuestro. A veces estamos ciegos frente al difícil vivir que es el morir del hermano”.