Los jóvenes alumnos de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández demuestran su prodigioso virtuosismo musical en la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras
Rotundo éxito de un gran concierto en el que destacaron las jóvenes Sofía Torres y Paula García
Utilizando a bote pronto un lenguaje coloquial –conversacional- pudiéramos aseverar que en la Real Academia de San Dionisio se desarrolló este pasado martes un concierto de veras muy exitoso. Y, sin incurrir en ninguna adornada redundancia, nunca pecaríamos por defecto. Pero, a decir verdad, los alumnos de Grado Medio y Superior de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández –unos auténticos virtuosos en su corta edad- rebasan el calificativo acaso más hiperbólico que utilizarse pudiera para este tipo de sesiones musicales enmarcadas por lo demás en un contexto de cierto exigible nivel. Inquietos en su más procurada responsabilidad, serenos y dominadores del escenario durante las respectivas interpretaciones de un programa que satisfizo por largo a la nutrida concurrencia.
Una poblada respuesta de público que en efecto desafió valientemente las alternativas futbolísticas televisadas de la noche y asimismo las inclemencias climatológicas siempre tan a la contra de cualquier convocatoria cultural. No así sucedió este martes en la Academia de San Dionisio. Los jóvenes músicos de la Escuela de Música y Danza Belén Fernández –con la reconocida profesora María Jesús Durán a la cabeza- suponían un atractivo a no dudarlo indeclinable, irreemplazable, llamativo. E hicieron cuanto saben: vivir la música desde una germinal vocación que paulatinamente adopta envergadura de profesionalidad precoz. Las ovaciones se sucedieron en idénticas intensidades.
El programa elegido para la ocasión ya adelantaba un aval ciertamente prometedor. La Académica de Número Pilar Chico tuvo a su cargo la presentación de los protagonistas de una sesión a la altura de todas las circunstancias. Cuando los alumnos de María Jesús Durán comenzaron sus respectivas actuaciones tácitamente se consolidó –in situ y a ojos vistas- la máxima de Hermannn Hesse: “el arte es la contemplación del mundo en estado de gracia”. Tal que así sobre poco más o menos –en estado de gracia o cuanto menos en propiciatoria evasión/relajación- mantuvieron su atención y su predisposición todas las personas congregadas en el salón de actos de la Academia Jerezana. Sofía Torres, Gorka Plada, Olga García, Hugo Domínguez, Cristina López, Paula García, Nuria Rubiales e Isaac Villalba refrendaron su virtuosismo musical. Fueron muy aplaudidas las intervenciones de Sofía Torres –magistral en el cello- y Paula García, quien exaltó sobremanera la música siempre sublime de C. Debussy. En Paula García ya se vislumbra una pianista de muy prometedora carrera musical.
Presidió la sesión el presidente de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras Joaquín Ortiz Tardío, contándose asimismo con la presencia del Delegado de Cultura del Ayuntamiento de Jerez Antonio Real Granado. Una sesión sin duda gratificante que de nuevo homenajeara implícitamente las grandes obras musicales universales de Saint-Saëns, Albéniz, Chopin, Beethoven, Liszt, Debussy y Rachmaninoff.