Ingreso Académico Numerario Juan M. Vaca – 28/05/2013

octubre 23, 2015


Juan María Vaca Sánchez del Álamo ingresa como Académico Numerario de la Real Academia de San Dionisio
El abogado y profesor colaborador honorario del Departamento de Derecho Mercantil de la Universidad de Cádiz dictó la ponencia ‘Fundaciones de la Iglesia Católica’
El pasado martes 28 la sede de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras abría de nuevo las puertas de su sede para la celebración de una sesión académica revestida de cierta satisfacción corporativa. La solemne recepción de un nuevo académico siempre provoca la general expectación institucional. En este caso el acto abrigaba la recepción como Académico Numerario del abogado Juan María Vaca Sánchez del Álamo. Presidieron la sesión el presidente titular de esta Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío, el presidente de Honor Francisco Fernández García-Figueras y los Académicos de Número Sixto de la Calle Jiménez, Ángel Romero Castellano y María del Carmen Borrego Plá. Acompañaron al nuevo Académico Numerario a la presidencia de la sesión los también Académicos de Número y miembros de la Junta de Gobierno de esta Real Corporación Jaime Bachiller Martínez (Vicepresidente de Ciencias) y Juan Salido Freyre (Tesorero).
El abogado y profesor colaborador honorario del Departamento de Derecho Mercantil de la Universidad de Cádiz, Juan María Vaca Sánchez del Álamo, dictó la ponencia ‘Fundaciones de la Iglesia Católica’ basando su intervención en la definición del semanario especializado ‘The Economist’ según la cual la Iglesia Católica es la organización no gubernamental más grande del mundo y aunque, como él mismo manifiesta, dicha consideración no se corresponda del todo con la institución católica eclesial, sin embargo, considera que puede aceptarse en nuestros días como punto de partida para el estudio que de hecho desarrolló en su ingreso como nuevo miembro numerario de la Real Academia ya que una manera de hacer frente por parte de la referida Iglesia Católica al cumplimiento de sus fines institucionales “es por medio de las Fundaciones, entendiendo como tales en un sentido genérico, el conjunto de bienes con un sustrato subjetivo adecuado a efectos del cumplimiento de unos fines determinados”.
Sabido es que la beneficencia privada ha venido desde siempre canalizando los sentimientos humanitarios de los ciudadanos que desean constituir fundaciones personalizadas propiamente dichas o disposiciones benéficas de diverso orden “y en este terreno es el que la Iglesia Católica ha desarrollado y sigue desarrollando un  papel fundamental”. Del contenido del Artículo V del Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español sobre Asuntos Económicos, de 3 de enero de 1979, pueden diferenciarse por un lado las que serían las fundaciones creadas por la Iglesia Católica con fines “eminentemente religiosos” y por otro aquellas que persiguen “fines de otra índole”, fines éstos últimos que revisten un carácter benéfico, docente o de asistencia social, estando sometidas las primeras entidades al Derecho Canónico y las segundas a la legislación estatal, en concreto a la Ley 50/2002 de Fundaciones y a su Reglamento del año 2005 y a las correspondientes disposiciones autonómicas.

La contestación al discurso de ingreso del nuevo miembro numerario de la Real Academia de San Dionisio corrió a cargo del también numerario Ángel Romero Castellano, designado por la Corporación para dicho cometido como es preceptivo en estos casos. La sede de la Real Academia registró un lleno absoluto de público.