“Sin la obra de Rafael de León, la memoria de España en el siglo XX no sería la misma”
La Real Academia de San Dionisio acoge la recepción como Académico Correspondiente de José Luis Zarzana Palma
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró este pasado martes el solemne acto de recepción como Académico Correspondiente del publicista y poeta José Luis Zarzana Palma. Una sesión que, a decir verdad, estuvo henchida de acento lírico y asimismo de reivindicación. Trató Zarzana Palma la trayectoria biográfica y poética del “genial autor de Ojos verdes”, en un discurso bello desde el punto de vista estilístico y valiente desde la vertiente exaltadora de un poeta al que “la cultura oficial todavía no ha colocado en el lugar que realmente merece”. Hizo la preceptiva presentación del nuevo académico el Secretario General de esta docta casa jerezana Andrés Luis Cañadas Machado. Presidieron la sesión el presidente titular Joaquín Ortiz además de los Académicos de Número Jaime Bachiller y Sixto de la Calle.
“Poeta profundo a la vez que popular, creó un género que caló en el pueblo”, subrayó José Luis Zarzana. En efecto, “sin la obra de Rafael de León, la memoria de España del siglo XX no sería la misma”. Recorrió Zarzana las diferentes experiencias vitales de un poeta que, al decir de Agustín de Foxá, “es el más pirateado de todos los poetas pirateados”. Gustó de vivir en libertad con arreglo a una bohemia independiente y trabajadora. La biografía de Rafael de León siempre estuvo sujeta a las circunstancias de una España que se hizo pueblo humilde y sencillo en las letras de sus inolvidables coplas. “Fue –indicó Zarzana- el autor del amor y del dolor: era un poeta cercano y cálido que conocía como nadie los sentimientos de la gente, de su gente”. Se definía como autor “porque letrista es aquel que pone letras en los mausoleos y eso es muy triste”.
Recordó Zarzana Palma no sólo cómo durante la Transición los intelectuales –“que desprecian todo cuanto ignoran”- dejaron de lado al género de la copla sino las injustas críticas que cierta opinión oficial dedicó a Rafael de León incluso después de muerto. Cuando determinados críticos argumentaban que Rafael de León no hacía versos, “el poeta respondía: no, yo no hago versos, yo hago berzas”. La sesión académica fue un detalladísimo alegato a favor de un escritor de cuerpo entero que inmortalizó coplas, canciones, temas de ayer, de hoy y de siempre.