“La economía europea se encuentra inmersa en círculos viciosos negativos porque carecen de un prestamista de última instancia y una política monetaria propia”
El salón de actos de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras registró este pasado martes un lleno absoluto de público que sin duda se enriqueció sobremanera con la conferencia que, bajo el título ‘Coyuntura actual del Sistema Bancario Español’, dictó el presidente de la AEB (Asociación Española de la Banca) y ex Subgobernador del Banco de España Miguel Martín Fernández. El ponente de esta segunda conferencia del II Ciclo Economía y Sociedad fue presentado por el Académico de Número y tesorero de la Junta de Gobierno de la Real Corporación Jerezana y coordinador del presente ciclo Juan Salido Freyre.
Destacamos a continuación algunas de las ideas principales pronunciadas por Miguel Martín Fernández:
- “En el marco macroeconómico, es necesario distinguir entre Europa y España. Respecto a la eurozona, lo esencial es que se ha convertido en una fuente de inestabilidad y contagio para sus miembros y para el resto del mundo. Esto ha sido así desde el comienzo de la crisis internacional, pero en particular a partir del 2010, con la crisis de Grecia”.
- “La crisis de la eurozona se puede atribuir a tres clases de causas: errores de diseño en el establecimiento del euro (no se dotó al sistema de un prestamista de última instancia para la deuda soberana y tampoco para el sistema bancario); errores de diagnóstico de las causas de la crisis (no se trata de una crisis fiscal, sino de una crisis de competitividad y balanza por cuenta corriente) y errores en la gestión de la crisis (si se permite el default, es preciso establecer un prestamista de última instancia para países solventes. De lo contrario, la deuda soberana de los países puede provocar la quiebra de los bancos y estos, a su vez, la de sus soberanos)”.
- “La economía europea se encuentra así inmersa en círculos viciosos negativos, muy difíciles de romper para los países atrapados en el torbellino europeo, porque carecen de los instrumentos necesarios: un prestamista de última instancia y una política monetaria propia”.
- “España se encuentra en el área de influencia del torbellino europeo. Por lo tanto, para salir de la crisis precisa no solo de sus propios esfuerzos sino de políticas adecuadas en la eurozona. Su objetivo incondicional debe ser permanecer en el euro y ello significa converger con el área y en particular con Alemania. Esto la obliga a enfrentarse con los problemas de diseño de la eurozona: como carece de prestamista de última instancia, necesita alcanzar de forma prioritaria el equilibrio fiscal. Está forzada también a realizar una devaluación interna de precios y costes, a fin de converger con el núcleo central de la eurozona. Y por último debe llevar a cabo reformas estructurales para aumentar su potencial de crecimiento y acelerar la salida de la crisis”.
- “En cuanto a los problemas propios del sector, la desconfianza es la síntesis de todos ellos. Desconfianza compartida con los bancos europeos desde la aparición de la crisis en 2007, que no se logró despejar con los stress test de 2010 y 2011. Desconfianza por la falta de credibilidad en la economía española, en su capacidad para crecer y crear empleo. Pero también por factores específicos del sector. Entre ellos, la desconfianza en la valoración de los activos inmobiliarios. Las Autoridades han actuado sobre ese punto exigiendo más transparencia informativa en los balances y requerimientos adicionales de capital y de saneamientos. Pero hay que tener en cuenta que la distribución del riesgo de los activos no es homogénea por entidades y no se puede generalizar para el conjunto del sistema lo que es particular de un grupo de ellas”.
- “Existen, además, otros factores para la desconfianza en el sector: un exceso de capacidad operativa y un apalancamiento o sobreendeudamiento exterior desmesurado que, con los mercados cerrados, le obliga a depender del BCE. Motivo de desconfianza es también la falta de rentabilidad agregada del sistema como consecuencia de la falta crecimiento global de la economía, el encarecimiento del coste de financiación y la necesidad de saneamientos”.
- “El remedio pasa necesariamente por la reestructuración del sistema. Es necesario reducir el exceso de capacidad instalada, que permita crecer a los mejores, recuperar la credibilidad del sector y restablecer la financiación en los mercados de funding”.
- “En cuanto al coste de la reestructuración, las Autoridades deben escoger el mecanismo que mejor sirva a los intereses de España y a la estrategia que diseñen para salir de la crisis y recuperar la confianza. En esa estrategia los bancos quieren ser parte de la solución y no del problema”.