Ángel García López presenta su antología poética en la Real Academia de San Dionisio
Cerrando las actividades programadas para este segundo trimestre del Curso Académico 2011-2012, la Real Academia de San Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras este pasado miércoles una nueva sesión durante la cual será presentada la antología del poeta y Académico Numerario Ángel García López, Premio Adonaís en 1969, Premio Nacional de Literatura en 1973 e igualmente Premio Nacional de la Crítica en 1978, corriendo la glosa de su notabilísima obra de creación poética a cargo del Profesor Titular de Literatura Española Contemporánea, de la Universidad de Cádiz, José Jurado Morales así como del también Académico Numerario y Presidente de Honor de la Corporación, Francisco Fernández García-Figueras (quien ofreció una muy brillante disertación). Ángel García López, nacido en Rota (Cádiz) en el año 1935, pertenece al denominado Grupo Poético del Sesenta, contemplando su extensa obra los géneros más diversos y caracterizándose por su bella forma clásica y ortodoxa. Ha sido traducido a mas de seis idiomas y “ha obtenido numerosos e importantes premios que, aparte los ya reseñados, son el hispanoamericano Juan Ramón Jiménez, en 1988, el internacional Ciudad de Melilla, en 1991, el Francisco de Quevedo, en 1995, el Ciudad de Salamanca, tres años más tarde o en 1999, el Generación del 27”. Licenciado en Filosofía y Letras y profesor de Lengua y Literatura, ha ejercido también como Técnico Superior de Servicios Bibliográficos. Ángel García López manifestó su contento por “volver a Jerez y a una institución de tanto renombre cultural como esta Academia de San Dionisio”. Como se afirma en alguna semblanza crítica sobre su obra, “desde la aparición de su primer libro, Emilia es la canción, en 1963, García López no ha cesado de publicar títulos que iban y venían de unos tonos y motivos a otros, como muestra de una personalidad proteica, aunque siempre timbrada por un cierto manierismo formal, el dominio de las formas y el gusto por la construcción del lenguaje. Si aquel libro inicial era una incursión en la poesía amorosa, a la que ha vuelto en reiteradas ocasiones, en los títulos siguientes fue ampliando el espectro de su lírica. En A flor de piel (1970) ensayó el juego de la evocación y el poema de andadura larga y rico verbalismo, que se repliega en el cauce del soneto en Volver a Uleila (1971) antes de regresar a las tiradas versales, anchas y domeñadoras, en Elegía en Astaroth (1973), el libro que le valiera el Premio Nacional de Literatura, o en Mester andalusí (1978), cuyos versículos, soberbios y lujosos, encuentran un momento cimero de madurez y belleza. Pero donde se vinculan más estrechamente el fulgor de la palabra y la vibración humana es en Trasmundo (1980), diario del poeta ante una muerte que asomaba y con la que hubo de compartir espacio, con motivo de una grave enfermedad. En Los ojos en las ramas (1981) volvió de nuevo Ángel García López al soneto, inaugurando en este libro la poesía de tema infantil”.