“Se nos ha ido algo más que un colega, se nos ha ido algo más que un profesional incomparable, se nos ha ido algo más que un académico ejemplar, se nos ha ido un hombre bueno”
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras dedicó este pasado martes una sesión necrológica a la memoria de José Manuel Benítez del Castillo
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró este pasado martes una sesión necrológica de veras memorativa, primigenia y postrera a la misma vez, fluyente, vívida y vivida, nunca elegíaca, siempre cercana, latiente, unificadora. El legado humano y humanista de José Manuel Benítez del Castillo –oftalmólogo de reconocidísimo prestigio y prototipo de académico en toda regla- ha dejado huella entre quienes, de un modo u otro, disfrutaron de su bonhomía, de su alto sentido de la amistad, de esa inteligencia cuya desenvoltura engranaba simpatía y maestría en un haz sin envés. El hombre culto es dueño de su sonrisa, el esposo enamorado está facultado para disfrutar hasta la médula de la fontana inacabable del amor, el padre ejemplar ya está consagrado al memorándum de su inmortalidad: así fue y así se sigue presentando –a escasos ecos de su fallecimiento- José Manuel Benítez del Castillo.
Intervinieron tres ponentes de excepcional conocimiento de la hondura personal y profesional de Benítez del Castillo: los académicos correspondientes Enrique Montiel Sánchez, José Manuel Benítez del Castillo Sánchez y el presidente titular de esta Real Academia de San Dionisio Joaquín Ortiz Tardío. Cabe mencionar que igualmente asistió a dicha sesión académica –ocupando además protocolario asiento en la mesa presidencial- el presidente de la Real Academia de San Romualdo (San Fernando) José Carlos Fernández. Enrique Montiel Sánchez destacó de Benítez del Castillo los “retazos de su gran amor a la vida” para explicar cómo “siempre estábamos juntos riéndonos. José Manuel ha cruzado la frontera del cielo para encontrarse con su madre. Ahora lo recuerdo arrodillado en Belén para besar la piedra donde nació Jesús. Fue un hombre bueno que no quería vivir la vida sin la compañía de su mujer Pilarín. Vivimos muy intensamente nuestra experiencia compartida en Tierra Santa. Imborrable para mí”. Montiel destacó de José Manuel su carácter “generoso, humilde y sabio. La memoria del hombre lleva el genoma de la gratitud. Yo nunca olvidaré su sonrisa”.
José Manuel Benítez del Castillo Sánchez, su hijo, principió el discurso alegando que “estoy acostumbrado a dictar conferencias en España y en el extranjero, sin embargo hablar de mi padre me coloca en una situación emocional que no sé si podré controlar”. De su progenitor dijo que “fue un viudo fugaz pues nunca quiso serlo”. Sin duda alguna “tenía capacidad de convocatoria y una facultad muy desarrollada para la organización. Quiero dar las gracias a la Academia por vuestro tratamiento, por el tratamiento que le dispensasteis en sus últimos años de vida. Este homenaje ya se lo disteis en vida, que es cuando las cosas se aprecian más. Era un padre ejemplar, un amigo entrañable. Sin Pilarín a su lado la muerte fue un idóneo escondite donde esconderse hasta reencontrase de nuevo con ella”. Visiblemente emocionado, el presidente de la Academia Jerezana Joaquín Ortiz igualmente elevó palabras de afectos y sincera recordación: “Mi andadura como académico ha estado determinada por José Manuel Benítez del Castillo: Él me invitó a una ponencia en el ciclo la ‘Medicina en la Academia’, que organizara durante tantos años, y luego apoyó y respondió mi ingreso como académico. Vitalista, alegre y dueño de una extraordinaria capacidad de organización. Pionero del laser en la práctica oftalmológica en Andalucía. Como buen maestro ha creado escuela. Fue ejemplar en asistir a la Academia incluso cuando en los últimos años ya estaban muy mermadas sus condiciones físicas. Su personalidad aunaba elegancia y vitalismo. Su mirada transmitía algo más profundo. Se nos ha ido algo más que un colega, se nos ha ido algo más que un profesional incomparable, se nos ha ido algo más que un académico ejemplar, se nos ha ido un hombre bueno”.