Juan Luis Pérez analizó la obra sinfónica de Álvarez Beigbeder en su discurso de ingreso como Académico Correspondiente de la Real Academia de San Dionisio.
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró este pasado martes la sesión de ingreso como Académico Correspondiente de Juan Luis Pérez García, director de Orquesta, quien dictó la ponencia titulada ‘Germán Álvarez Beigbeder, sinfonista jerezano’. Pérez García fue presentado por el también Académico Correspondiente de esta docta institución cultural Juan Pedro Aladro Durán. Para Juan Luis Pérez “en los últimos veinte años ha surgido en Europa una corriente que trata de aproximarse a una parte del inmenso repertorio del siglo XX que, debido a no encontrarse situado dentro de los procedimientos de la modernidad que desbordaron la música de esa época, habían sido relegados al olvido. En nuestro tiempo, una consideración de la obra musical, más libre del prejuicio “actualista”, hace que se puedan analizar con más sosiego importantes contribuciones al arte musical que pasaron relativamente desapercibidas”. En España, y por iniciativa de instituciones tanto públicas como privadas, “se han reeditado y grabado una gran cantidad de obras sinfónicas de autores españoles del S. XX que no se sumaron a la vanguardia de entonces. Uno de ellos es el compositor jerezano D. Germán Álvarez Beigbeder”. Su Sinfonía nº 1 para cuerdas de 1922 y su jerezana Sinfonía nº 2 “Rincón malillo”, fue motivo de su aproximación al maestro en la toma de posesión como académico correspondiente de la Real Academia de S. Dionisio, de Ciencias, Artes y Letras de Juan Luis Pérez. “La sinfonía en España –argumentó Pérez- no ha sido un género que haya tenido una gran fortuna. Buena prueba de ello es que, de todos los intentos que se hicieron en el siglo XIX, el más importante es el de Juan Crisóstomo de Arriaga: muerto con tan sólo 19 años, su única “Sinfonía en Re mayor” es más bien un ensayo sinfónico del que hubiera sido, sin duda, uno de los mayores compositores españoles. En el primer tercio del siglo XX destaca el solitario ejemplo de Joaquín Turina y su magnífica “Sinfonía Sevillana” (más un poema sinfónico en tres partes que una sinfonía propiamente dicha). De los pocos ejemplos posteriores a éste, la Sinfonía “Rincón Malillo” de Álvarez Beigbeder es una creación destacada que merecería ser más conocida e interpretada. No deja de ser curioso que otra muestra significativa del pobre género sinfónico español naciera doce años después que esta sinfonía de D. Germán y, también, a cargo de otro compositor gaditano (concretamente de La Línea de la Concepción): la Sinfonía en la menor de José Muñoz Molleda compuesta en 1959”. Cerró la sesión académica la pianista navarra María Floristán, quien interpretó la obra de Don Germán “Cuentos y consejos”.