Santiago Padilla Díaz de la Serna presentó en la Academia la obra ‘Rocío, sal y sol de Andalucía’
La Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras celebró este pasado jueves día 19 de los corrientes una sesión extraordinaria que tributaría homenaje al fenómeno –histórico, sociológico y religioso- de la Romería del Rocío. Una ponencia de mucha altura tanto en la calidad de la oratoria como en la singularidad –y el carácter inédito- de los datos expuestos. Se trataba de la presentación de la obra Rocío, sal y sol de Andalucía del almonteño Santiago Padilla Díaz de la Serna.El ponente y autor de tan imprescindible ensayo fue acogido por sus anfitriones –el cuerpo de académicos de San Dionisio- y por la Hermandad de Ntra. Sra. del Rocío de Jerez, cuyo Hermano Mayor, Felipe Morenés Giles, se encargó de su presentación curricular. El autor ya dio a conocer en este mismo lugar, en el año 2007, su anterior ensayo del Rocío, Rocío, la explosión de la gran devoción del sur en el siglo XX (ALMUZARA, 2007).La obra, publicada por Hergué, en mayo de 2010, y que obtuvo el primer premio de ensayo historiográfico de la firma agroalimentaria, INES ROSALES S.A.U., con motivo de la celebración de su primer centenario, aborda los caminos diversos por los que la devoción a la Virgen del Rocío se convirtió ya en el siglo XIX, en un hecho noticiable, más allá de Despeñaperros. De este modo, y tras hacer un breve recorrido de situación por la historia de la devoción rociera, el autor se centra en el siglo XIX; un siglo de gran complejidad histórica, que hasta ahora teníamos prácticamente inédito para la historia del Rocío, y que va a ser de gran importancia para entender la configuración de sus primeros estereotipos y para la difusión y la propagación de esta devoción, a nivel nacional. Hasta tal punto, que El Rocío se convierte en uno de los símbolos de Andalucía, más allá de sus fronteras, y particularmente en la capital de España.En este orden, la fundación de la Hdad. de Ntra. Sra. del Rocío, en el arrabal de Triana, al lado de la ciudad de Sevilla, en el año 1813, cuando los franceses tocaban a retirada, y se iba a formalizar el Voto del Rocío Chico, en Almonte, es un hecho de capital importancia para la historia del Rocío, como se pone de manifiesto en estas páginas. La conquista de Sevilla, a través de Triana, de dónde todo hace pensar que asistían ya anualmente a la romería significativos contingentes de romeros, va a ser un factor determinante, al convertirse muy pronto en una de las fiestas de referencia del calendario festivo anual de la Ciudad de la Giralda, que aparece en sus guías anuales de turismo y asombra a los viajeros románticos, que hasta ella se acercan. Y junto al turismo, la expansión de la prensa, el enciclopedismo, y otros avances económicos en la sociedad del siglo XIX…; que unidos a la vinculación a la romería de personalidades, como los Duques de Montpensier, a partir de 1851, son otros factores significativos que van a contribuir a la expansión y difusión del Rocío, a nivel nacional en esta centuria.Y ya en el siglo XX, cuando El Rocío aparece como un gran argumento en todas las manifestaciones del arte, como expresión inequívoca de sus notables avances en la comunicación, tenemos en los hechos acaecidos en Almonte en 1932, como expresión de los desencuentros entre la República y la religión católica, otro acontecimiento que va a tener resonancia en toda España, y que va a dar pié a uno de los períodos de mayor crecimiento de esta devoción, en la última estela de los efectos producidos por la Coronación Canónica de la Stma. Virgen en el año 1919. Es el momento en el que se formaliza la constitución de la hermandad del Rocío de Jerez, que asiste por vez primera, a la romería de este año. Un año después se producirá la primera portada nacional, del diario ABC de Madrid,…..Y entre los jerezanos de renombre nacional y universal que difunden El Rocío, subrayemos la figura del novelista, ensayista y académico, José Mª Pemán, que asiste a la romería de 1934, por primera vez.En suma la obra aporta un conjunto de datos, muy ricos, que ordenados e ilustrados con una espléndida y, en muchos casos, inédita colección gráfica y documental hemerográfica del Rocío y sus grandes propagandistas, nos ayudan a entender ese proceso expansivo de la devoción rociera, que ya en el XIX y a principios del XX cobró una magnitud, hasta ahora desconocida.